Sus dedos lisonjeros acariciándome en la penumbra de mis
deseos
Y yo me siento a contemplarte con tu corona brillante
en tu trono carcomido por noches de plomo
el escuálido lugar que ocupo
Tantos ojos me gritan…que me despierto
Soy poesía enjaulada en esta bochornosa vida
SCDT
Este poema,sin duda provoca escalofríos. Tanto de placer como de frío, vas llevándonos por la penumbra de los deseos y de pronto el trono está carcomído por las noches de plomo. Y de repente nos metes en la oscuridad, y de repente se vislumbra el alma rota, el sueño que se interrumpe después del grito.
ResponderEliminarMaravilloso!
¿Y que realidad somos? ¿donde nos encontramos? deseamos saber cual es nuestro punto de oscuridad, inmensa, pesada como el plomo
EliminarBesos
Yo creo que quiero conocer ese punto de oscuridad. Solo así (quizás soy una ilusa irredenta, pueda ponerle luz)
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